El Nitrogeno es un gas muy abundante en la Tierra, el más abundante incluso, que se encuentra incluso en el mismo aire que respiramos. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, puede ser bastante nocivo. Por ejemplo, son comunes las historias de buzos que, al descender a grandes profundidades, sufrieron una fuerte intoxicación por este gas, que se encontraba presente en sus tanques de oxígeno, que los llevó a sentirse totalmente invulnerables, y perecer por ello. Se dice que la intoxicación puede ser tan fuerte, que algunos buzos incluso se retiraban la mascarilla aún en plena inmersión, falleciendo a los pocos minutos, aún siendo buzos experimentados y totalmente conscientes de que necesitaban la mascarilla para vivir.

Dado el ejemplo anterior, una forma de Nitrógeno, llamado Óxido Nitroso, fue descubierto accidentalmente hace unos 168 años, cuando unos voluntarios se ofrecieron a probar un gas que provocaba reacciones o bien de risa incontrolable o de furia en las personas. Uno de los voluntarios se vio envuelto en una trifulca y sufrió una profunda herida en una pierna, lo que lo llevó a sangrar profusamente. Sin embargo, Cooley, el voluntario en cuestión, ni siquiera supo que había sido herido hasta que le fue señalado, lo que claramente indicaba que no había sentido dolor alguno. Fue allí cuando el odontólogo Horace Wells se percató del enorme potencial de esta formidable sustancia, utilizándola desde entonces para realizar operaciones que eran terriblemente dolorosas, tales como la extracción de muelas picadas. Así pues, gracias a un pleito y a un inesperado efecto, es que surgieron las primeras nociones de la anestesia, un fármaco que provocó muchas muertes antes de poder ser “dominado,” pero que sin el cual, las intervenciones quirúrgicas continuarían siendo un sueño inalcanzable, ya que el ser humano no soporta el dolor producido por la enorme mayoría de ellas.

Gonzalo Curiel, soy estudiante de Ingeniería Química Metalúrgica y radico en México. Llevo cerca de 2 años trabajando como redactor en diversas temáticas tanto en español como en inglés. Manejo el idioma inglés al 97% de acuerdo al certificado TOEFL, avalado por Cambridge University y tengo 25 años.

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