Sin embargo, científicos de la Universidad de Harvard parecen haber dado un salto que podría confirmar definitivamente el parentesco entre dinosaurios y aves. Modificando genéticamente a embriones de aves, lograron que el ave, en lugar de pico, desarrollara una mandíbula similar a la de los dinosaurios. Aunque se podría suponer que esto sucedió por el mismo proceso de ingeniería genética y que no prueba nada, esto sería una falsa suposición, ya que existe una enorme diferencia entre “añadir” genes de una especie a otra, lo que se conoce como transgénesis, y suprimir o modificar los genes de una misma especie. La diferencia es que si se tratase de transgénesis, sí se pudiese haber transferido genes de reptil a un ave, forzando a la especie a desarrollar mandíbula reptiliana; pero, si se habla de ingeniería genética, significa que sólo se usaron los genes presentes en el ave, lo que significa que, en alguna parte de la secuencia genética del ave, se encuentran algunos genes de dinosaurio. La idea de los científicos de Harvard es poder lograr que un ave luzca totalmente como un dinosaurio. Aunque no existe garantía de poder llegar tan lejos o de hecho tan atrás en el tiempo, sin duda es evidencia muy poderosa como para ser ignorada.

Gonzalo Curiel, soy estudiante de Ingeniería Química Metalúrgica y radico en México. Llevo cerca de 2 años trabajando como redactor en diversas temáticas tanto en español como en inglés. Manejo el idioma inglés al 97% de acuerdo al certificado TOEFL, avalado por Cambridge University y tengo 25 años.

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