La ingeniería genética es la ciencia de modificar estos patrones, cosa nada sencilla, con el fin de suprimir o agregar ciertas características. En el caso de los síndromes, por ejemplo, la gran mayoría de ellos, en especial aquellos que tienen su origen en los cromosomas, son de carácter genético. Las aplicaciones radican, entonces, en poder lograr eliminar la mutación o alteración de los cromosomas que llevan a un síndrome, pudiendo erradicar así miles de enfermedades que hoy aquejan a la humanidad.
También existe otra rama conocida como la genética del comportamiento, misma que sugiere que los genes son responsables por mucho más que sólo las características físicas. Esta es una teoría que sigue siendo probada y rebatida, pero las evidencias sugieren que los genes si tienen un papel importante en la determinación de la personalidad, así como la educación y el entorno. Por ejemplo, gemelos idénticos, quienes comparten el 100% de sus genes, se ha probado que concuerdan con alrededor del 70% de su coeficiente intelectual, aún cuando fueron criados en ambientes totalmente diferentes, es decir, diferentes familias e incluso diferentes países. Por otro lado, los gemelos no idénticos, quienes comparten únicamente el 50% de su material genético, comparten en 35% de su IQ. Exactamente la mitad del 70% que comparten los gemelos.