Ordenadores y cerebros funcionan de forma bastante diferente, en los primeros, cierta información entra, es procesada mediante una serie de comandos que se ejecutan una y otra vez sin fallar, sin excepción y sin variaciones, y al final se arroja el resultado. Por otro lado, el cerebro primero recibe el estímulo mediante los cinco sentidos, después el cerebro interpreta esa información y se tiene la capacidad de discernir si es útil o no, si se comprende o no, si es cierta o falsa; además, tiene la capacidad de innovar, de corregir, de inventar y de razonar nuevos métodos. En fin, básicamente, la diferencia es que el cerebro se adapta, mientras que los ordenadores son adaptados.

Científicos principalmente de Suiza, Japón y Reino Unido, se han dado a la tarea de mejorar cómo funcionan los ordenadores, logrando satisfactoriamente, al menos en fase prueba, que seres vivos se comporten más como ordenadores y viceversa. Por ejemplo, se logró, en Suiza, que células obtenidas de un ser humano fueran capaces de sumar o restar como lo haría un ordenador, es decir, mediante un código binario. Un código binario no es otra cosa que un sistema en el que se cuenta con dos y sólo dos posibilidades: 1 o 0 (los ordenadores funcionan con un patrón similar de sistema binario basado en esta combinación de números), si o no, etc. Esto podría lograr que los seres vivos fueran mucho más eficientes, e incluso podría hacer que, si se detecta alguna anomalía, el cuerpo lo repare automáticamente, sin necesidad de utilizar otros medios que los programados para dicho fin.

Gonzalo Curiel, soy estudiante de Ingeniería Química Metalúrgica y radico en México. Llevo cerca de 2 años trabajando como redactor en diversas temáticas tanto en español como en inglés. Manejo el idioma inglés al 97% de acuerdo al certificado TOEFL, avalado por Cambridge University y tengo 25 años.

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