En respuesta a esta situación, han surgido diversos dispositivos de una rama conocida como domótica e inmótica que tienen como finalidad la de gestionar de manera sorprendentemente eficaz el consumo de energía. Estos dispositivos tienen la asombrosa capacidad de apagar o encender las luces según se requiera su uso. Por ejemplo, en algunos sitios del mundo, los días no tienen la misma duración en algunas estaciones del año, durando las noches más o menos horas (o minutos en algunos casos) dependiendo de la estación del año en que nos encontremos. Esto es un fenómeno natural que se debe a la inclinación natural de la Tierra. Quizás alguna vez hayamos escuchado hablar sobre de que en Alaska la noche dura 6 meses y el día, los restantes 6 meses del año. Eso también es consecuencia de la inclinación de nuestro planeta.
Aprovechando la diferente duración de los días y las noches según la altitud a la que nos encontremos en el globo y la época del año, los sistemas automatizados de domótica para la gestión del consumo de energía eléctrica, tienen la capacidad de identificar estas variaciones, prendiendo las luces antes o después según sea necesario y apagándolas también cuando no sea necesario que estén encendidas. Además, las luces pueden ser apagadas y encendidas de forma totalmente remota, así que ya no debería existen el problema de salir de viaje y haber olvidado apagar una bombilla.
La mayoría de estos dispositivos se basan en diversas tecnologías, pero principalmente puede ser a base de sensores, tales como los sensores infrarrojos, o bien mediante señales, mediante una aplicación de ordenador, por ejemplo, o incluso una aplicación para nuestro teléfono móvil.
