Quizás todos hemos sentido alguna vez alguna conexión inmediata con una persona con la que jamás hemos cruzado una palabra, sólo con la mirada. Este fenómeno ha existido aparentemente desde hace muchos siglos, e incluso ha sido registrado. En algunas culturas incluso se ha afirmado que aquella conexión se debe a que en alguna vida pasada, los destinos de estas dos personas de unieron, de allí la sensación de familiaridad. En algunas otras culturas, simplemente se ha llamado amor a primera vista o quizás, en tiempos más recientes, se ha adjudicado a que hay caras que resultan más familiares que otras.

Para esclarecer de una vez por todas por qué es que se da este fenómeno de inspirar confianza inmediatamente en personas que no conocemos, la Universidad Charles, ubicada en Praga, llevó a cabo un ambicioso proyecto que involucró a unas 200 personas. El experimento consistió en mostrarles a los participantes, de origen europeo, imágenes de alrededor de unas 80 personas, de las cuales unas eran hombres y otras mujeres, también de origen europeo. Al mostrarles las imágenes, los participantes debían otorgar un número de una escala que iba desde el 1 hasta el 10, para poder así determinar con un número qué tanta confianza les inspiraba un rostro en particular. Al final del experimento, un patrón comenzó a surgir. Primero que nada, las mujeres tienden a inspirar mucha más confianza que los hombres.

Hubo importantes y notorias diferencias entre los tipos de rostros que solían obtener las puntuaciones más altas. Por ejemplo, se encontró que la enorme mayoría de las personas que inspiraban una mayor confianza solían tener los ojos de color marrón. También, las caras redondeadas solían obtener mejor puntuación que los rostros con demasiados ángulos e incluso que las caras con forma ovalada.

Dentro de las imágenes mostradas, se encontraban muchos rasgos fácilmente distinguibles, tales como rostros cuadrados con ojos pequeños y muy juntos, rostros cuadrados con ojos grandes y separados, ojos saltones, caras con forma oval, puntiagudas, barbilla cuadrada o redonda, y cualquier combinación de las anteriores. Algunos de los rostros tenían los ojos color azul, otras tenían los ojos color verde y por último otras tenían ojos color marrón. En general, aquellos con rostros redondeados, ojos grandes y de color marrón eran los que mayor confianza inspiraron y sobre todo las mujeres por encima de los hombres.