Primero, ¿qué es E=mc2? Es una de las fórmulas más bellas y simples fórmulas de la física que encierran mayor cantidad de conocimiento en tres simples letras. E es la energía, c es la velocidad de la luz en el vacío y m es la masa de cualquier cosa. Lo que nos quiere decir esta expresión, extremadamente simplificada, es que la energía puede obtenerse a partir de la masa y viceversa. Fue descubierta por el legendario físico y matemático Albert Einstein, quien debió haber ganado un segundo premio Nóbel por dicha fórmula. Sin embargo, quién revisó su documento, no lo entendió y prefirió no arriesgarse a concederle el premio para que después fuese desechada la teoría de Einstein, ya que le hubiese restado credibilidad a quien revisaba el documento.
Sin embargo, poco tiempo después se descubrió que, mediante una reacción nuclear, se podía comprobar la teoría de Einstein, pero no recibió ningún premio. Tomemos un átomo de un elemento radioactivo llamado Uranio. En un proceso de fisión, es decir, cuando el átomo se “rompe,” surgen dos elementos a partir del Uranio, dos átomos de Polonio. Sería prudente pensar que, si se suma la masa de ambos nuevos átomos, la masa debería ser igual a la del Uranio, pero no es así, una pequeña cantidad de masa se pierde. Pero, ¿qué sucede con esta masa? Pues justamente se transforma en energía, tal como nos dice la ecuación de Einstein. ¿Cuánta energía? Bueno, apenas un gramo de Uranio puede ser convertido en 400 mil kilocalorías. ¿Cuánta energía es esa? Bien, un gramo de coque, un combustible fósil, proporciona 9 kilocalorías.